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dc.creatorGuillermo Elizalde
dc.date.accessioned2024-04-04T16:49:53Z
dc.date.available2024-04-04T16:49:53Z
dc.identifier.urihttp://test.repositoriodigital.com:8080/handle/123456789/57582
dc.descriptionLa literatura rusa en muchas partes del mundo es casi desconocida. Aunque resulte extraño Fiódor Dostoievski (1821-1881) y Lev Tolstói (1828-1910) no se llegaron a conocer en persona. Ambos trataban con escritores y críticos y respetaban el trabajo del otro, pero nunca nadie los presentó. Vladimir Sergeevich Soloviev moría el 31 de Julio de 1900, en Uzkoe, cerca de Moscú, a los 47 años, en la plenitud de su fervor intelectual y religioso. Todos aquellos que lo conocieron se fascinaron con él. Las Lecciones sobre la Divino humanidad, que impartiera en San Petersburgo, suscitaron enorme entusiasmo. Acudieron a escucharlo hasta Dostoievski y Tolstoi. El autor de Los hermanos Karamazov, gran amigo y admirador de Soloviev, confió a su esposa que el rostro del joven conferencista le recordaba uno de sus cuadros preferidos, la Cabeza de Cristo joven, de Annibale Carracci. ¿Cómo era ese rostro? V. Velichko lo describe así: “En la memoria de todos aquellos que vieron por lo menos una vez a Vladimir Soloviev, su aspecto exterior quedaba impreso para siempre como una visión radiante. Estupendos ojos enigmáticos (...), frente alta claramente marcada por pensamientos y preocupaciones, cejas gruesas y enérgicas, cabellos sueltos, muy canosos y de grandes ondas, un rostro pálido y opaco; una barba larga suave de color castaño oscuro, que cubría las líneas severas de la boca y el mentón”[
dc.descriptionAnalitica-Central
dc.descriptionLa literatura rusa en muchas partes del mundo es casi desconocida. Aunque resulte extraño Fiódor Dostoievski (1821-1881) y Lev Tolstói (1828-1910) no se llegaron a conocer en persona. Ambos trataban con escritores y críticos y respetaban el trabajo del otro, pero nunca nadie los presentó. Vladimir Sergeevich Soloviev moría el 31 de Julio de 1900, en Uzkoe, cerca de Moscú, a los 47 años, en la plenitud de su fervor intelectual y religioso. Todos aquellos que lo conocieron se fascinaron con él. Las Lecciones sobre la Divino humanidad, que impartiera en San Petersburgo, suscitaron enorme entusiasmo. Acudieron a escucharlo hasta Dostoievski y Tolstoi. El autor de Los hermanos Karamazov, gran amigo y admirador de Soloviev, confió a su esposa que el rostro del joven conferencista le recordaba uno de sus cuadros preferidos, la Cabeza de Cristo joven, de Annibale Carracci. ¿Cómo era ese rostro? V. Velichko lo describe así: “En la memoria de todos aquellos que vieron por lo menos una vez a Vladimir Soloviev, su aspecto exterior quedaba impreso para siempre como una visión radiante. Estupendos ojos enigmáticos (...), frente alta claramente marcada por pensamientos y preocupaciones, cejas gruesas y enérgicas, cabellos sueltos, muy canosos y de grandes ondas, un rostro pálido y opaco; una barba larga suave de color castaño oscuro, que cubría las líneas severas de la boca y el mentón”[
dc.language
dc.relation
dc.subjectFIÓDOR DOSTOIEVSKI FIÓDOR DOSTOIEVSKI VLADIMIR SOLOVIEV MODERNIDAD EUROPEA REALIDAD SOCIAL RUSA REVOLUCION RUSA CAIDA DEL ZARISMO
dc.titleLa modernidad europea juzgada por Dostoyeski y Soloviev
dc.typetext


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